El periodista Chema Garrido presenta un nuevo libro

El periodista Chema Garrido, compañero de Canal Sur, acaba de presentar un nuevo libro que unir a ese magnífico abanico de relatos que ya nos regaló con anterioridad. Hombre culto y tremendamente preparado, este periodista afincado en Salteras vuelve para ofrecernos su particular forma de escribir con una llegada tan directa al corazón y a la búsqueda de mejorar.
Pero nadie mejor para presentarnos al artista que Juan José Téllez, poeta, escritor, columnista y director del Centro Andaluz de las Letras; que nos presenta a Chema Garrido con este prólogo.
Gregor Samsa ha vuelto a casa.
Entre Franz Kafka y Fiedor Dostoievsky, explícitamente citados, discurren los once relatos que Chema D. Garrido ha agavillado en esta recopilación que no es fruto del azar sino del método: en cierta medida, sus asuntos transcurren desde el animalario –cocodrilos, moscas, anacondas o buitres– a la percepción de extrema fragilidad que los individuos mantienen frente al poder. Entre la ternura y la ironía, el autor elabora una rigurosa geografía humana de este tiempo. Nada extraño si se tiene en cuenta que su condición de periodista le ha abierto las puertas para el conocimiento del extrarradio de la realidad, ese suburbio sentimental tan lejano de la superficialidad al uso, del estereotipo banal.Chema D. Garrido (Sevilla, 1964), autor de de la primera biografía que se publicó sobre el mítico futbolísta bético, Rafael Gordillo,
bajo el título de «Incursiones por la banda». También el balompié centró su siguiente libro, «Tan sólo un equipo de fútbol» (Shodo Ediciones, de venta en Internet), una novela cuya acción transcurre en los noventa minutos que dura un partido y en el que dicho deporte aparecía como una parábola de las diferentes escalas sociales y bajo la siguiente divisa: «La vida debe ser más importante que un partido de fútbol, pero existen 90 minutos en los que se nos va la vida».
Editor adjunto del programa «Tierra y mar», que emite Canal Sur TV y autor también de la novela «Austria y el amor», ahora nos presenta muchas otras vidas sin un horario definido y que le sirven como coartada para pasar revista a algunos de los grandes temas contemporáneos: el fanatismo religioso, las cloacas del Estado, los grandes tópicos políticos o individuales.
Y lo hace con una prosa urgente, amena, que sin embargo no esconde sus buenas hechuras de autor y de lector. Siempre se nota si la creación literaria es fruto del azar y de la improvisación o de una larga decantación íntima. De ese último extremo procede la escritura de Garrido. De un venero que lleva a los clásicos pero que se asienta también en el conocimiento y reelaboración del imaginario de autores mucho más recientes que le sitúan en un espacio sin ámbito, el de cualquier lugar del mundo globalizado en el que siguen acechando similares fantasmas personales que en aquel viejo tiempo de las sombras en la caverna de Platón.
Se trata de un libro pleno de sugerencias, en donde el poder absoluto de las dictaduras se solapa con el poder relativo de los juegos eróticos y en donde la capacidad de sacrificio, de emoción y de deseo de los seres humanos se contrapone con una cierta percepción de que el mundo es tan sorprendente como implacable, porque vivir puede ser al mismo tiempo un riesgo o una rutina. Como en el célebre caso de Gregor Samsa o el que ahora toma forma en el personaje de Evaristo Luque, prototipos de cualquiera de nosotros que crea falsamente en el libre albedrío sin aceptar que hay un destino escrito en nuestros genes, que se empeña en construir nuestro futuro con la pavorosa genética del pasado. También hay una sucesión de círculos concéntricos en la narrativa de Chema D. Garrido. Sin embargo, no es un laberinto sino una casa abierta al placer, la de la buena hechura literaria.
Juan José Téllez
Por último recordar que aquellos que lo deseen pueden adquirir el libro en la papelería de Salteras, localidad donde para el mes de septiembre u octubre tiene previsto presentar Chema Garrido su libro, en colaboración con el Ayuntamiento de Salteras, como saltereño de adopción que es el afamado periodista.
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