El adiós de Carmen, la sonrisa que siempre tendrá Salteras

Salteras llora tu partida, ese adiós en silencio, sin alardes de protagonismo, como siempre hiciste en vida y con esa sonrisa que siempre dibujabas al cruzarte con cualquiera de tus vecinos, conocido o no, porque esa era tu carta de presentación.
Esa sonrisa con la que siempre hacías de este complicado mundo, un sitio mejor. Esa sonrisa que quedará eternamente en nosotros, dibujada a partir de ahora en tu familia y en esos Embajadores que nos dejas en la Tierra, tus hijos y tu marido, Jesús, que hasta el último suspiro soñó con que algún día despertaríais juntos de esta pesadilla con triste final.
Te vas, pero tú ejemplo perdurará eternamente entre todos los que tuvimos la fortuna de conocerte. Siempre tenías tiempo para atender a tus clientes y amigas, buscando hueco incluso donde no lo había, como solías hacer con tu apreciada Ona, cuidadosa, atenta y profesional.
Hija, madre, esposa, amiga… Está claro que el Cielo podía esperar, pero ese caprichoso destino, que podemos imaginar pero nunca dibujar, ha hecho que te vayas cuando todos deseábamos que te quedaras.
Te vas sí, pero lo haces con los deberes hechos, dejando lo más importante que se puede dejar en este trayecto llamado vida: huella. Esa huella tuya que por mucho que pisen los que tengan que venir ya… será imborrable. Y con Jesús, ese padre y marido que seguirá marcando el camino de esos hijos que sonríen para ti.
JOSÉ MIGUEL MUÑOZ – SALTERAS ACTUALIDAD
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