GOLEADA EXHIBICIÓN DEL CD SALTERAS EN EL CUERVO (0-8)
Recado del CD Salteras a La Liara y especialmente al Villafranco. Estamos vivos, muy vivos, y vamos a luchar por el ascenso hasta el final. Y por si había dudas ahí queda la exhibición mostrada desde el minuto 1 hasta el 90.
Victoria amplia que sigue como bálsamo para curar la dura herida aún abierta de la pasada jornada en Sanlúcar La Mayor. Pronto se pusieron las cosas a favor ya que antes del primer cuarto de hora la Naranja saltereña ya ganaba cero a tres gracias a los goles de Antonio Miguel, Reyes (dedicatoria incluida para su esposa y futuro bebé), y Miguel Silva.
Poco antes de la conclusión, nuevo gol de Capitán América Reyes, que hacía el cuarto de la calurosa mañana y dejaba el partido visto para sentencia. Krankl dio respiro a algunos de sus hombres habituales y dejó en la caseta al goleador Reyes y Kuku.
Ya en la reanudación, más goles, más fútbol y más superioridad de los del Aljarafe. Llegaba un nuevo tanto de Miguel Silva, que junto a Reyes firmaba un doblete, y el regreso goleador de Cheche.
Mención especial para el tanto de Luis, el Bustamante del Salteras, que marcó con una perfecta ‘cuchara’ por encima del meta de El Cuervo para posteriormente dedicárselo a su Ana Matito Echevarría.
Y gol para enmarcar el de Curro, que repitió la jugada realizada siete días antes en Sanlúcar, para pasar de Kaiser Curro, a Curro Maradona. El defensa, que ayer se estrenó de centrocampista, comenzó a sortear defensas rivales para marcar ante la salida del meta de El Cuervo. Gol de pañuelos.
Goleada, 0-8, que pudo ser mucho más amplia si no se hubieran desaprovechado las numerosas ocasiones de gol creadas en el partido de hoy. Importantísima victoria que sirve especialmente para devolver la sonrisa al CD Salteras que sigue con la mente puesta de lleno en el ascenso de categoría.
Destacar el buen partido de todo el equipo y las subidas por banda de Eugenio, la Gacela Saltereña que fue un delantero más, así que como la generosidad de Pallarés, Sisú… o el hecho de volver a dejar la meta a cero.
Medalla de oro para los aficionados que se desplazaron hasta El Cuervo, poquísimos, pero fieles y suficientes, demostrando estar cuando más falta hacía: tras una derrota, y en los momentos que más lo demanda el equipo
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