Me gustan los perros, pero no las mierdas que dejan sus dueños

El perro, ese amigo fiel, cariñoso, ese compañero de viaje en el día a día, en esos ratos de soledad y de ocio; en muchos casos, incluso como si fuera un miembro más de la familia. La mascota más habitual en las familias españolas, un animal de compañía al que hay que ofrecer los máximos cuidados tanto cuando es un entrañable cachorrillo como cuando con el paso de los años se va haciendo mayor.
Y protagonista de estas líneas pero de forma indirecta por culpa de los protagonistas de esta historia: sus dueños. Esas personas, amantes de los animales, en la mayoría de los casos, civilizados en su mayor proporción, y desgraciadamente sin esa educación necesaria en muchos casos.
Evidentemente, los perros no pueden recoger sus excrementos, por lo que hablamos de una responsabilidad cívica de comportamiento de un adulto, que sin recoger las ‘caquitas’ de su perro da un mal ejemplo a su hijo. En muchos pueblos y ciudades ya se han habilitado incluso bolsas para ello así como sitios específicos para que sus mascotas hagan sus necesidades.
Las heces abandonadas en la vía pública pueden causar accidentes, además de ser un foco insalubre de enfermedades e infecciones. Viajan en los zapatos, en las ruedas de coches, en las bicicletas y juguetes de nuestros hijos, y llegan a las casas, por lo que son un centro de bacterias que amenaza la salud de las personas y de los propios animales.
¿Cuantas veces han ido paseando por las calles del pueblo y han tenido que esquivar ese excremento de un can? Desgraciadamente demasiadas. Y todo porque algunos propietarios de perros olvidan su responsabilidad, una de ellas es la de limpiarlas heces de su perro, no por el hecho de que puedan multarle por ello, sino porque es un gesto responsable, ejemplar y de obligado cumplimiento para mantener la vía pública limpia.
¿O acaso en sus respectivos domicilio dejan en el suelo, la alfombra o donde haga sus necesidades el animal, las cacas, heces, excrementos o como les quieren llamar? ¡No, verdad! Ahí sí las recogen porque se trata de su propiedad, pero ¿porqué no hacen lo propio cuando se trata de una vía pública compartida con sus vecinos? Si encima, les toca vivir en una zona medio campo, medio urbanizada como en el caso de algunos… ¡Apaga y vámonos!
Porque hay propietarios que ven como sus perros, en muchísimos casos sueltos y sin la correa obligatoria cuando se trata de pasear al perro como manda la Ley, hacen sus necesidades y no se preocupan de llevar una bolsa para retirar los excrementos de su perro de la misma forma que hacen en sus respectivos domicilios.
Por ello, desde Salteras Actualidad pedimos al Ayuntamiento de Salteras que sean firmes en este aspecto, que tomen medidas hacia estos ciudadanos que no respetan la vía pública, a los que dejan que sus perros hagan sus necesidades en parques y junto a columpios en los que luego juegan nuestros hijos. Que tomen medidas de forma tajante. Que se sancione a quien no recoge las heces de su perro para ver si de esta forma se tiene un poco de consideración hacia el resto de vecinos.
Por cierto, soy amante de los animales, he tenido perro casi toda mi vida, me he encargado de recoger sus excrementos y estoy cansado como los perros de vecinos, amigos, y desconocidos, se ‘cagan’ en la puerta de mi casa, en mi calle, en la acera, en las calles de mi pueblo… ¡Basta ya! Me gustan los perros, pero no las mierdas que dejan sus dueños. Un ejemplo más de aquella famosa frase del poeta Lord Byron: «Cuánto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro».
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